viernes, 10 de abril de 2020

PASCUA ECOLOGICA


Una Pascua distinta:

Mientras estamos en casa, y nuestra libertad, el valor mas preciado del hombre, se ve coartado por esta pandemia. Se me ocurre pensar en dos signos muy interesantes que aparecen en esto que estamos viviendo:

El primero, es el concepto de cuarentena: si buscamos su significado, para la salud pública, está relacionado con apartarnos de los demás, por un tiempo no especifico para evitar el contagio o propagación de una enfermedad. Alejarnos, apartarnos, para no dañar a otros.

Este concepto también aparece en las escrituras en muchos lugares, por citar algunos: fueron la cantidad de días y noches del diluvio, el éxodo duró 40 años. Moisés estuvo 40 días y 40 noches en el monte Sinaí, David, Saúl y Salomón Reinaron por el lapso de 40 años. El profeta Elías pasó 40 días en ayunas en el desierto para encontrarse con Dios, el mismo Jesús se fue al desierto 40 días después de que Juan lo bautizara para ser tentado por el demonio. Después de que murió en la cruz, se les apareció a sus discípulos durante precisamente esa cantidad días antes de subir al cielo. También podríamos decir que alrededor de la semana 40 los bebes pueden nacer. Interesante.

El numero 40 suele ser un tiempo donde se experimentan fuertes cambios, que involucran temores, tentaciones, transformaciones, carestías, desorientaciones, preguntas, etc. Un tiempo de preparación para un cambio fundamental. Gran parte de la humanidad esta viviendo este tiempo.

Estamos aprendiendo a que el tiempo nos sobra, que podemos andar mas despacio, que podemos vivir con menos cosas y ser felices. Estamos aprendiendo a convivir con nuestros seres queridos más cercanos, estamos aprendiendo que nuestros vecinos son importantes, son parte de nuestra comunidad, estamos experimentando un gran cambio.

El segundo signo es “lo que esta pasando afuera” y cuando digo afuera, me refiero a lo que pasa en la naturaleza sin que estemos nosotros. La tierra comienza a curarse, los animales se sienten seguros y se pasean por donde antes no lo hacían, el aire es mas limpio, todo esta mas silencioso. La tierra se esta curando.

La tierra también está en cuarentena. Está viviendo alejada de nosotros, de nuestra manera de tratar la creación, de nuestra manera de vivir en ella. Y la vida vuelve, descansa, se libera, se fortalece.

Todo esto me lleva a pensar que como cristianos tenemos la oportunidad de vivir esta pascua (este paso) de una manera profundamente conectada con nuestra casa común. Invitándonos a morir un poco, a todas aquellas cosas que la dañan, que la destruyen. Son actitudes, costumbres, deseos, gustos, que el mundo dice que son un derecho.  No hablo de dejar de hacerlo totalmente, sino de ser sumamente responsables con “esos derechos” que nos da nuestra sociedad y que dañan profundamente el bien común más grande de todos: la madre tierra.  No por que podamos hacerlo, nos da derecho hacerlo, no por que podamos comprarlo nos da derecho a comprarlo.

Es un tiempo en que debemos pensar en nuestros parientes y vecinos, no solamente en los que viven en casa, ni en mi edificio, o en mi barrio, sino también en los que comparten esta casa común con nosotros, las aves del cielo, los peces del mar, las montañas, y las nubes. Por que cuando tata Dios los creo, creyó profundamente que eran buenos. –

Gustavo Garcia

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